Imaginarse el futuro forma parte de la gestión empresarial de forma inevitable, así como la toma de decisiones que permitan alcanzar esos objetivos deseados, en base a los recursos y capacidades disponibles de la empresa. Para mejorar esa toma de decisiones debemos contar con sistemas de información que nos ayuden a cuantificar los escenarios futuros de una forma rigurosa y rápida.
Recogiendo la evolución de la toma de decisiones de la humanidad que nos presentan Buchanan y O’Donnell (“Una breve historia de la toma de decisiones, Enero 2006, HBR”), vemos que en la antigüedad los humanos guiaban sus decisiones por las interpretaciones de las entrañas, el humo, los sueños y similares; muchas generaciones de chinos de la sabiduría poética en el I Ching; el Oráculo de Delfos griego y profetas y videntes varios, que perviven también en nuestros días. Lao Tsé en el siglo VI AC nos enseña el principio del “no hacer”: dejar que las cosas tomen su curso natural, mientras que más adelante Alejandro Magno nos muestra cómo resolver problemas difíciles: dando un buen golpe de espada en el nudo gordiano. Fue Julio César toma la decisión irreversible de cruzar el Rubicón y mucho más adelante la “navaja de Occam” nos dice que la mejor teoría es la más simple que dé cuenta de toda la evidencia. Ya en el s.XX Freud sugiere que las acciones y las decisiones de las personas están a menudo influenciadas por causas ocultas en la mente, y el economista Fisher nos introduce el concepto de Valor Presente Neto como herramienta de toma de decisiones. En los años 60 del siglo pasado se introduce el concepto DAFO por Learned, Christiansen, Andrews y otros, y Raiffa los árboles de decisión. Rockart explora por su parte las necesidades de datos específicos de los altos ejecutivos, llevando al desarrollo de los sistemas de información ejecutivos, y Dresner introduce el término de inteligencia de negocios para describir un conjunto de métodos que apoyan la toma de decisiones analítica sofisticada, que está dirigida a mejorar el desempeño de negocios.
Fruto de la necesidad de obtener escenarios financieros que muestren las consecuencias de las decisiones estratégicas, de largo plazo, de las empresas, por parte de Apunte hemos elaborado la herramienta Timón de Gestión Financiera (TGF).
Mediante el TGF podemos elaborar, de una forma sencilla y rigurosa a la vez, los estados financieros futuros de la empresa: balance de Situación, cuenta de Resultados y estado de Tesorería, partiendo de la realidad contable de la empresa, de la información que el simple balance de sumas y saldos nos ofrece.
Para la elaboración del TGF se pronostica junto con la empresa su situación de ventas y gastos futuros, plan de inversión necesario, estructura de personal, inversión en NOF, márgenes de venta,… pero siempre partiendo del dato real de cierre último de la empresa. E insistimos en un aspecto crucial de nuestra herramienta: la elaboración del TGF no consiste en crear unas hojas de cálculo poniendo escenarios futuros partiendo de cero, sino que siempre, siempre, se parte de la información última real de la empresa, lo que confiere robustez y seguridad a la información futura. Y partimos además de la sencillez de los ficheros de sumas y saldos, disponibles en cualquier empresa, sea del sector que sea y sea del tamaño que sea.
Por parte de Apunte se obtienen esas posiciones futuras de la empresa que permitan mejorar la toma de decisiones. Junto con la empresa analizamos que reflejo tiene, por ejemplo, un incremento de ventas, que a su vez puede suponer un incremento de pendiente de cobro y que como consecuencia suponga el tener que ampliar la financiación ajena de la empresa.
Creando estos escenarios podemos conocer mucho más profundamente nuestro negocio, anticiparnos a necesidades en las que debamos negociar con terceros, dando una imagen de absoluto control de nuestra empresa, y poder disponer de una información permanentemente actualizada que nos muestre el rumbo que lleva nuestra compañía, firmemente dirigida desde nuestro Timón de Gestión Financiera ©.